LA FLOTACIÓN: UNA PRÁCTICA MUY ANTIGUA
La flotación se conoce desde hace más de 2000 años. Se trata de una técnica de separación basada en las diferencias de hidrofobicidad de las superficies de las partículas a separar. Muy utilizada en el campo de la mineralurgia para separar los minerales entre ellos, y también en el tratamiento de las aguas residuales para eliminar las grasas, esta antigua técnica ha demostrado su eficacia a lo largo del tiempo. La flotación aparece en enología en 1987, siendo actualmente una técnica muy utilizada en las bodegas y que se adapta bien a los mostos muy ricos en fangos. Esta práctica permite la automatización del proceso, con una separación muy rápida de las fases sólidas y líquidas.
¿CÓMO LOGRARLA CON ÉXITO?
Desde hace años, MARTIN VIALATTE® trabaja en la formulación y la aplicación de productos específicos para la flotación. La elección del producto, la dosis y el uso conjunto son factores determinantes.
1) La adición previa de enzimas al mosto es necesaria para el buen desarrollo del proceso de flotación. Se consigue una disminución de la viscosidad del mosto y la formación de partículas de pectinas cargadas que reaccionarán con los clarificantes.
2) Los clarificantes proteicos vegetales han resultado ser muy eficaces para flocular las partículas en suspensión y formar flóculos que serán arrastrados hacia la parte superior del depósito al inyectar el gas.
3) La bentonita, igual que en el desfangado estático, facilita la floculación del conjunto del clarificante vegetal. Es necesario tener en cuenta la turbidez del mosto y el uso de nutrientes para conseguir un buen desfangado y una buena fermentación alcohólica